La historia de la Política Agrícola Común, conocida por sus siglas PAC, se remonta al periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Su primer objetivo fue dar soluciones a la escasez de alimentos a la población de Europa, pero hoy va mucho más allá, destacando entre sus prioridades la conservación medio ambiental y la lucha contra el cambio climático.
La PAC nace en 1962 para ayudar a un tipo de agricultor que ha evolucionado con el paso de todos estos años. Al principio, el agricultor europeo tenía como única misión el producir alimentos para vender sus productos, prácticamente sin ninguna otra meta. A día de hoy, esta prioridad sigue existiendo, pero del agricultor se espera que sea actor principal en la conservación del medio ambiente, ayude en la lucha contra el cambio climático y sea una de las anclas que mantenga unidas las comunidades rurales.
Y todo esto es pieza clave en la creación y sostenibilidad de la Unión Europea, ya que un tercio del presupuesto de la Unión es para la PAC. En otros ámbitos, como la educación o la salud, los estados en la Unión son totalmente independientes, son ellos los que deciden en cada uno de sus países. Por el contrario, la Política Agrícola Común se negocia y acuerda conjuntamente por los 27 miembros.
Un poco de historia
Como hemos comentado anteriormente, la PAC nace con el firme propósito de alimentar a la población a precios asequibles. Por ello se estableció un sistema de precios garantizados para los productores, asociado a subvenciones por parte de Europa.
Este sistema en un principio funciona perfectamente, creciendo a un ritmo de un 7% anual cuando se garantizó la autosuficiencia alimentaria en Europa.
Pero el sistema no estaba pensado para el caso en el que la producción aumentara por encima de la demanda, por lo que se empezaron a generar importantes excedentes. Esto obligó a gastar grandes cantidades de dinero público en la compra de ese excedente y las ayudas para exportar el alimento.
A partir de los años 80, estos excedentes hace que la Unión cree una serie de cuotas de producción con el fin de evitar la sobreproducción de los alimentos y mantener los precios estables para el consumidor final.
Todo este proceso de cambios, culmina con la llamada reforma McSharry que pretende enfocar a los productores una mayor orientación al mercado y a considerar el medio ambiente como un elemento fundamental para este sector.
Podemos considerar la Cumbre de la Tierra, de Río de Janeiros del año 92, como un antes y un después ya que fue el germen de las ayudas agroambientales en la Política Agrícola Común.
Vigentes hoy en día, estas ayudas se dan a agricultores que voluntariamente se comprometen a cumplir una serie de buenas prácticas medioambientales, más allá de los requisitos legales.
A principios del siglo XXI se establece una nueva política de desarrollo rural, fortaleciendo las ayudas Leader, con el objetivo de apoyar a las comunidades rurales.
Por lo que a día de hoy, podemos decir que la PAC se compone de dos pilares fundamentales, uno de ayudas directa a la agricultura y otro de ayudas al desarrollo rural.

El futuro
La nueva reforma, con un horizonte 2023 – 2027 sigue con la idea de una PAC más ecológica, verde, aliada con el clima, reduciendo el uso de fertilizantes en un 20%, de pesticidas en un 50%, de antibióticos un 50% y lograr que el 25% de la tierra cultivada en la unión sea de agricultura ecológica.